domingo, 18 de mayo de 2014

Hotel Caritz, Biarritz






Localización / Location: Excelente/Excellent. A 50 metros de la Plage du Port Vieux. 
Entrada /Check-in:  De/From 15:00 a/to 23:00 
Salida/ Check-out: De/From 07:00 a/to 12:00
Wifi Gratis/Free Wifi:  En nuestra habitación (102) la señal era muy pobre/ Poor wifi at our room (102)
Precio/Price: Nos costó 82 euros una noche en mayo 2014/ 82 euros by night in may 2014
Relación calidad/precio: Para lo caro que es Biarritz, es una buena relación calidad-precio
Dirección/Address: 14 Rue du Port Vieux, 64200 Biarritz, Francia
Desayuno/Breakfast: No icluido (10 euros por persona)/ Not included (10 euro by person)



El hotel tiene una situación privilegiada frente a la playa du Port Vieux. La entrada al hotel es un tanto extraña; la recepción es un pequeño mostrador en la esquina del bar-restaurante. Nosotros llegamos a las 9 de la noche y, para nuestra sorpresa, no encontramos ningún recepcionista. Había unas chicas en la entrada que controlaban la lista de acceso a una fiesta que se celebraba en la terraza del hotel, al parecer para una convención de médicos. Nos dijeron que si íbamos al hotel, fuéramos a donde los camareros del bar. Nos quedamos alucinados y fuimos a preguntar a un camarero, que al final fue al mostrador, nos hizo el check-in y nos dio la tarjeta de nuestra habitación. Al lado del mostrador de recepción hay una puerta por la que se accede a las habitaciones. Lo primero que te encuentras es una escalera (en el vídeo se muestra), así que nada de ascensor...nos había tocado la primera planta, la habitación 102. 

La escalera y las habitaciones están enmoquetadas, nunca he entendido esto de las alfombras en los hoteles, pero la verdad que ésta estaba limpia. La habitación muy mona, acogedora, parecía muy limpia y con mobiliario nuevo, pero muy pequeñita. Para nosotros era fundamental la vista, así que corrimos a asomarnos a la ventana, pero lo mismo que la abrimos, corrimos la cortina de nuevo. Resulta que las habitaciones de la primera planta dan justo a la terraza-bar del hotel y justo esa noche se celebraba una fiesta privada, por lo que abrir y que un montón de personas te vean no mola nada. La vista es bonita y sí que ves el mar, pero claro te pueden pasar por delante de la ventana desde la señora que se pone en la hamaca a tomar el sol, el que esta desayunando o por la noche el que se esta bebiendo una copa. La ventana no tiene acceso directo a la terraza, es decir, no es un balcón pero puedes saltar de la habitación a la terraza sin ningún problema. Si lo miras por el lado positivo es como tener una terraza común a mano, pero tienes que tener continuamente las cortinas echadas si no quieres que te vean desde fuera. Desde luego, los de los pisos 2 y 3 sí que tienen que tener unas vistas privilegiadas y muchas más privacidad, aunque para ir a la terraza no pueden saltar :)!!!
Se hacen muchas fiestas en la terraza, pero solo hasta las once de la noche o así y por la noche puedes asomarte a la ventana con traquilidad. Otro de los problemas que encontramos en el hotel es que justo debajo de las habitaciones de la primera planta, está el bar y este bar por la noche es bastante ruidoso; he de decir que la insonorización de la habitación es muy buena, pero aún así, si tienes el sueño lígero, se escucha un pelín la música. 

En resumen, me parece que la relacion calidad/precio está bien, pero si te toca la primera planta, es para pensárselo...


By Morgan ML

viernes, 16 de mayo de 2014

Hammamet, Túnez

Algunas imágenes de la medina de Hammamet y sus alrededores:



Nosotros estábamos alojadas en Yasmine Hammamet, que se encuentra a unos 10 km de Hammamet. Fuimos a visitar Hammamet como parte englobada en una excursión que contratamos, pero se puede llegar a Hammamet por tu cuenta muy fácilmente y en pocos minutos desde Yasmine: 

Cómo ir de Yasmine Hammamet a Hammamet:
1. Se puede coger un taxi, que no deberia costar más de 7-8 dinares. 
2. Hay un trenecillo turístico que va de Yasmine a Hammamet y cuesta unos 8 dinares por persona.
3. Autobús público, pasan por los principales hoteles y cuestan unos 2 dinares por persona.

Nuestras visita fue un domingo a primera hora de la mañana, principalmente para evitar la aglomeración de gente y el calor excesivo. De esta manera, el paseo por la medina se hace mucho más agradable y se pueden sacar mejores fotos. El punto en contra es que pasas a ser objetivo absoluto de los vendedores allá por donde pases. En cambio, para tomar algo o pasear por la ciudad, lo mejor es hacerlo durante la caída de la tarde y poder disfrutar de las vistas desde alguna terraza.

Imprescindible en Hammamet:

 1. Visitar su medina
 2. No perderse las vistas de un atardecer tomando un té en el café que está frente al mar, el café Sidi Bou   Hdid
 3. Pasear por su playa y por el paseo junto al mar
 4. Avenida de Habib Burguiba : Se trata de la vía principal de Hammamet, y cuenta con un montón de centros comerciales, galerías y restaurantes. Hay una plaza central donde por las mañanas se encuentra un mercado de verduras y pescado.Por la nocehe, se convierte en zona de ocio nocturno de Hammamet
 5. La Kasbah
Fue construida en el siglo XV y se halla situada junto a la puerta principal de entrada de la medina (se accede a ella por unas escaleras). Desde la terraza superior, se puede disfrutar de unas magníficas vistas sobre el Mediterráneo y la ciudad vieja. De abril a octubre, el horario de visita va de las 08:00 h a las 13:00 h, y de las 15:00 h a las 19:00 h, y de noviembre a marzo, de las 08:30 h a las 17:30 h.
 

jueves, 15 de mayo de 2014

Estambul desde la Torre de Gálata



Sin duda, una de las visitas recomendables en Estambul es la Torre de Gálata (Galata kulesi, en turco), una torre de 61 metros de altura (140 m. desde el nivel del mar) situada encima de la colina de Gálata, colina que domina el Bósforo, el mar de Mármara y el Cuerno de oro. Desde la parte más alta de la torre se puede contemplar una espectacular vista de 360º de la ciudad: una inigualable panorámica del cuerno de oro en la que, de izquierda a derecha, observaremos el serrallo y el palacio de Topkapi, Santa Sofía, la Mezquita Azul, la mezquita Nueva junto al puente de Gálata y, al fondo, la torre de Beyazit y la mezquita de Süleymaniye. También podemos divisar el lado asiático de la ciudad, el Bósforo, el Mármara y, al fondo, las islas príncipe.

La entrada para subir creo que rondará ya las 17-18 liras (al cambio, unos 6 euros). La torre cuenta con ascensor, aunque para subir al mirador deberemos subir un par de tramos de escaleras de caracol. A medida que subes, la torre parece estrecharse y la zona del balcón es verdaderamente angosta; especialmente si hay muchos turistas, se hace agobiante moverse. Por eso, recomiendo subir cuando menos visitantes haya, aunque es difícil no encontrar gente en ciertas épocas. Yo siempre he visitado la torre por la mañana, pero creo que la vista al atardecer puede ser aún más impresionante.

Las dos últimas plantas de la torre están destinadas a un restaurante y a un club nocturno con música en vivo. Hay una entrada que cuesta unos 60 € p/p que  incluye un menú típico turco, bebida, postres y espectáculo. Personalmente no lo he probado, pero tampoco lo recomiendo; me parece caro y tiene pinta de estar muy orientado al turista. Hay numerosos sitios con encanto y más autóctonos donde poder cenar y disfrutar de un ambiente agradable. En Estambul podemos encontrar un montón de establecimientos con terraza desde los que disfrutar de vistas magníficas de la ciudad y además sin pagar entrada ni hacer colas. En concreto, al lado de la torre de Gálata está el "Galata Konak Cafe", desde cuya terraza ves la torre de Gálata mientras desayunas, almuerzas o te tomas un té. Es cierto que tomar un té sale más caro que en un sitio normal, pero no tanto como la entrada de la torre y vas a poder disfrutar igual de las vistas y sentado en una mesita. Es otra alternativa más tranquila si no disponéis de demasiado tiempo o si no queréis visitar la torre, que a veces está tan concurrida que no aguantas demasiado tiempo en el mirador. Me atrevería a decir que la torre de Gálata es una visita recomendable pero no de las obligatorias, no obstante, si vas con tiempo yo recomiendo subir ya que es un sitio histórico y emblemático de Estambul.

¿Cómo llegar a la torre de Gálata?  hay varias opciones:

 1. Subir andando desde el puente de Gálata o coger allí mismo el funicular de Tünel : Nosotros fuimos andando desde Eminönü y, aunque hay una cuestecita importante, si no os importa caminar, es la mejor opción para disfrutar del recorrido completo. Una vez cruzas el puente de Gálata tienes que ir hacia la izquierda y luego atravesar el barrio de Tünel, donde hay una calle con muchísimas tiendas de instrumentos musicales.

Si optáis por el funicular, una vez cruzado el puente de Gálata, giráis a la izquierda y enseguida vereís la entrada del funicular. Cuando sales del funicular, tenéis que girar a la derecha y nuevamente a la derecha. Bajando una calle enseguida veréis la torre.

2. Otra opción, si estáis por Taksim:
 Desde Taksim, recorrer toda la calle İstiklal (İstiklal Caddesi), una de las calles más animadas de Estambul. Esta calle es muy larga pero super entretenida, una arteria comercial, llena de restaurantes, bares y terrazas. Llegado al final de la calle, si seguís callejeando un poco, enseguida podréis llegar a la torre de Gálata.


Dirección de la Torre Gálata: Buyuk Hendek Sok, Beyoglu (zona Taksim)
Horario: todo los días, de 9:00 a 20:00
Precio: 17TL (6€)
Teléfono: 212 293 81 80
Cómo llegar a la Torre Gálata: Tranvía T1 hasta Karaköy, luego funicular de Tünel.

Alternativas para disfrutar de las vistas sin subir a la torre:
Galata Konak Cafe
Hotel Anemon

                                                                            By Morgana ML


lunes, 12 de mayo de 2014

Chott El Djerid, el lago salado (Túnez)


Chott El Djerid es unos de los paisajes impresicindibles a visitar si viajas a Túnez. La palabra Chott es un término con el que en África del Norte se denominan los lagos salados situados en regiones semiáridas, principalmente de Argelia, Marruecos y Túnez. Estos lagos presentan riberas cambiantes y están secos durante buena parte del año. Se forman con las aguas del deshielo primaveral de las cumbres del sistema montañoso de Atlas, con aguas de lluvias ocasionales o provenientes de aguas subterráneas. En invierno el lago puede cruzarse en pequeñas embarcaciones.

Chott el Djerid es la mayor superficie salina del Sáhara con una superficie de 5.000 km2. Debido al clima extremo de la región, con una precipitación anual de 100 mm y temperaturas máximas de 50 °C, el agua que llega al lago se evapora rápidamente. Durante el verano Chott el Djerid permanece completamente seco.

Nosotras fuimos en abril y en esa época el lago no tenía demasiada agua; aún así, merece la pena, es un lugar diferente...un vasto mar inerte sólo atravesado por una carretera; contemplar este paraje produce una sensación especial, mágica... parece un lugarde otro planeta, puedes ver el amanecer rodeado por la infinitud de tierra desierta y cubierta de sal, formando un manto de diversas tonalidades. Los colores dependen de los diferentes minerales y los efectos ópticos son provocados por el reflejo de la luz solar sobre las placas de sal.  En verano, dicen que se produce lo que llaman la "Fata Morgana" que, debido a la especial incidencia del brillo del sol y al calor, es causante de los mayores efectos ópticos o espejismos inferiores. Este mecanismo se produce por la densidad desigual del aire que, a causa de ciertas temperaturas, produce una refracción de la luz del cielo. Ello, a su vez, provoca que el observador interprete su procedencia desde el suelo. Naturalmente, esto se interpretará por ejemplo como un charco de agua que refleja la luz del cielo, aunque no sea mas que una ilusión. Ya nos hubiera gustado experimentar alguna de estas ilusiones, pero la época del año, el día nublado y frío no acompañaban en absoluto. Como curiosidad, los alrededores de Chott El Djerid fueron el enclave para grabar algunas escenas de la "Guerra de las galaxias".

Para acabar, reseñar que la mayoría de paquetes vacacionales ofertan excursiones al lago salado en sus diferentes salidas; en la nuestra, la ruta hacia Chott El Djerid fue a la mañana siguiente de visitar el desierto, tras hacer noche en Douz.Y sin más, animaros a que no dejéis de visitar este singular paraje.




domingo, 11 de mayo de 2014

Anfiteatro de El Djem / Coliseo de Thysdrus


El anfiteatro romano de El Djem, situado en la región de Mahdia es uno de los monuentos más conocidos de Túnez. Se encuentra a unos 200 km de la capital, entre Sousse y Sfax, y es el mayor anfiteatro romano de África y el cuarto del mundo tras el Coliseo de Roma, el Anfiteatro de Capua y el Anfitetro de Pozzuoli. El Djem es además uno de los coliseos mejor conservados y se supone que se mantuvo intacto hasta el siglo XVII, fecha a partir de la cual se comenzó a demoler la fachada exterior para construir la ciudad con sus piedras. Cuando llegas a El Djem, la primera visión del anfiteatro es espectacular, ya se alcanza a intuir todo su esplendor y su magnífica conservación. Está rodeado de campos y casitas bajas, lo cual ensalza la grandiosidad de sus tres alturas. A medida que nos acercamos al acceso del anfiteatro, nos topamos con numerosas tiendas locales de souvenirs y puestos de vendedores que tratan de captar la atención del turista.


Si escuchamos la denominación de Coliseo de Thysdrus, no debemos sorprendernos, ya que antiguamente así se conocía a la ciudad de El Djem. Thysdrus fue fundada por los fenicios y destacaba por su cultivo del olivo, pero fue en el siglo III cuando Thysdrus alcanzó todo su esplendor y numerosos monumentos públicos fueron costruidos bajo el mandato romano del emperador Alejandro Severo y, posteriormente,  Maximino el Tracio. Destacó la imponente construcción arquitectónica del anfiteatro de El Djem (año 238 d.C), con capacidad para más de 30.000 espectadores. El coliseo fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979.

Nuestra visita al anfiteatro estaba ya organizada por lo que sólo tuvimos que pagar un dinar por el derecho a fotos. Solo pagas si llevas cámara fotográfica, los móviles pueden pasar sin pagar este plus. La entrada al coliseo creo que ronda los 6 dinares. Además de monumento turístico, el encanto y acústica de este maravilloso lugar hace que actualmente el anfiteatro se utilice también para diversos espectáculos, entre los que se encuentra un festival de música sinfónica celebreado en época estival, muy a tener en cuenta para disfrutar de veladas musicales en este marco inigualable. Cabe mencionar, como curiosidad, que algunas de las escenas de la película Gladiator fueron rodadas en este anfiteatro.

Un lugar tan mágico como el anfiteatro de El Djem ha inspirado numerosas leyendas y una de las más conocidas es la de la pricesa bereber Kahena. De ahí que este coliseo sea conocido tambien por Ksar de la Kahena. Esta princesa se unió en el siglo VII a las tribus bereberes para frenar el avance de los invasores musulmanes. Al sentirse vencida y perseguida, se refugió con sus seguidores en el anfiteatro, donde resistió durante cuatro años. Los enemigos aguardaban a que la princesa muriese de hambre, pero se cuenta que ésta mostraba peces vivos durante su cautiverio, de lo que se deduce que existía un pasadizo subterráneo que conectaba el anfiteatro con el mar. Según la leyenda, finalmente la princesa fue traicionada por su joven amante, que la apuñaló y envió su cabeza embalsamada al ejército árabe.


viernes, 9 de mayo de 2014

Día 1: Madrid - Túnez, primeras impresiones



Emocionadas... así empezaba nuestro esperado viaje. Madrugón para coger el autobús de Bilbao a Madrid. Una vez allí, cogimos otro autobús de línea que nos dejó en la terminal uno del aeropuerto. Ya en facturación de Tunisair, a pesar de la cola, empezó la diversión... Una señora de unos 55 años se nos acercó amablemente y nos preguntó si podía estar con nosotros, que viajaba sola y estaba muy nerviosa. Un poco perplejas, le preguntamos que qué le pasaba y nos contó que su compañera de viaje le había dado plantón y estaba dudando si hacer o no el viaje ella sola; es más, la mujer decía que se iba a su casa porque le daba mucha inseguridad ir sola a Túnez.
Lo cierto es que todo nos sonaba un poco surrealista, pero por supuesto intentamos animarla y le dijimos que se quedara con nosotras en la cola. Su mayor miedo era el no poder comunicarse, ya que no hablaba inglés ni francés, pero la convencimos de que en el hotel internacional al que iba seguro que alguien hablaría español y, en su defecto, algún cliente. Desde ese momento, la señora, nuestra querida Gladys, no se nos despegó en el aeropuerto ni por un segundo, es más, confieso que por nuestras mentes se pasó que la señora tuviera algún propósito extraño; yo hasta escuchaba internamente la voz de mi madre diciendo eso de "¡a ver con quién andas, cuidado en el aeropuerto no sea que te metan algo en la mochilaaaa!", pero bueno, confiando en la buena fe de la gente, decidimos acogerla. En fin, a todo esto, en la cola un señor mayor muy agradable, nos miraba sonriente atento al panorama con la señora y, cómo no, decidió intervenir para amenizar la espera. Resulta que el buen hombre era español, pero vivía en Túnez y debía haber sido algún tipo de cargo diplomático, ya que tenía contactos en la embajada y nos ofreció amablemente su número de teléfono por si teníamos cualquier tipo de problemas allí. Tras una hora amenizada por las anécdotas del señor Pepe, nos tocó la hora de facturar, no sin el previo chanchullo de maletas porque, como siempre, la mía pasaba de los 20 kg permitidos, de los cuales a posteriori me sobraron 15, y es que lo de simplificar no se me da nada bien; en una próxima entrada propondré un equipaje básico para viajar a Túnez en época primaveral.
Ya acompañadas por nuestra nueva mejor amiga, hicimos tiempo para el embarque...el avión iba a tope; a Gladys le tocó 2 filas por detrás de nosotras y la mujer se pasó todo el vuelo llamándonos a gritos y recordándonos que al desembarcar la esperásemos... sería por si nos escapábamos. El vuelo con Tunisair fue estupendo, la tripulación muy amable y la cena no estuvo mal. Además, como compañero de asiento nos tocó un chico tunecino, afincado en Madrid y que hablaba un perfecto español. Nos puso al día de comidas típicas, historia y costumbres de su país. En apenas 2 horitas y pico aterrizamos sin imprevistos en el aeropuerto de Túnez. Las maletas salieron rápidamente y sin problemas. A nosotras y a más gente del vuelo nos esperaba el guía de nuestra agencia para dejarnos en los respectivos hoteles. El problema era nuestra Gladys, ella se hospedaba en Túnez capital y no íbamos en la misma dirección. Hicimos esperar a todo el grupo para poder ayudarla a coger un taxi y que le cobrasen un precio razonable. Nuestra salvación fue el chico del avión, que se dirigía a la estación de Túnez y aceptó compartir taxi con Gladys para dejarla sana y salva en su hotel. Nuestro guía nos llevó al autobús, donde un muchacho nos quitó literalmente el equipaje para meterlo al maletero y, claro está, seguidamente pedirnos dinero; la verdad que no le dimos nada porque no teníamos ni un dinar, no habíamos tenido tiempo de cambiar dinero al llegar y, además, no fue nada amable. El trayecto de Túnez a Hammamet es de alrededor de una hora y la carretera es bastante buena y muy tranquila a esa hora de la noche. Los hoteles estaban en Yasmine Hammamet, una zona situada a unos 10 km de Hammamet. La última de las paradas fue la de nuestro hotel. Por fin llegábamos al Iberostar Averroes. La primera impresión del hotel, buena. Hotel aparente, un tanto viejuno, pero prometía. Al llegar tan tarde, nos reservaron algo de cena, que podían haberse ahorrado porque eran una lonchas de queso, unas rodajas de algo parecido a la mortadela y un poco de ensalada...En la recepción nos asignaron la habitación y ¡oh sorpresa! cuando subimos la habitación estaba sin hacer. Nos tuvieron que asignar otra habitación que al final fue mejor para nosotras, ya que esta última tenía vistas a la piscina y a la playa. La habitación era amplia, con 2 camas grandes y bastantes cómodas. La temperatura a esa hora era de unos 18 grados, así que estuvimos un ratito contemplando las vistas desde la terraza...Y tras un día largo y movidito, tocaba la hora de irse a dormir.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Túnez, un país por descubrir

En uno de mis últimos viajes he tenido la suerte de descubrir Túnez, un país que sinceramente no estaba en mi lista de lugares por visitar, pero que surgió por casualidad y cuyo factor de viaje no esperado hizo que no me plantease demasiadas expectativas del lugar. Ahora puedo decir que Túnez me ha impresionado gratamente, dejándome ese sabor de los grandes viajes, de los que te marcan con estampas inolvidables. Disfrutar de un atardecer único ante la inmesidad del Mediterráneo, perderte por las callejuelas de sus coloridas medinas, sentir la algarabía de su gente hospitalaria, disfrutar del esplendor del desierto del Sáhara, retroceder siglos de historia desde Cártago o El Djem ... Túnez, sin duda, un país por descubrir. 

Túnez es el más pequeño de los países que forman parte de la región del Magreb y está situado al norte de África, limitando al noreste y al este con el Mar Mediterráneo, al sureste con Libia y al oeste con Argelia. Los idiomas oficiales son el árabe y el francés y su moneda el dinar tunecino. En líneas generales, Túnez me pareció un país seguro, que no necesita más allá de la precauciones propias en seguridad que tendríamos en cualquier otro lugar. El carácter de la gente es abierto y cercano, aunque los vendedores de las medinas puedan resultar un tanto pesados y el regateo es imprescindible. Respecto a viajar solo, especialmente si eres mujer, cierto es que te puedes sentir un  poco intimidada por el carácter insistente y adulador de los tunecinos, pero creo que utilizando la prudencia lógica en un país musulmán no debería haber mayor problema. Túnez es un país turístico, acostumbrado al viajero y orientado a éste, por lo que sobre todo en las grandes ciudades y sitios más populares no deberíamos sentirnos inseguros. No obstante, será siempre recomendable tener localizada la embajada de nuestro país para casos de emergencia.

Nuestra estancia fue de 7 días, que saben a muy  poco si quieres recorrer el país. Nos dio para una visita exprés de norte a sur en la que descubrimos Túnez capital, Cartago, Sidi Bou Said, Hammamet, El Djem, Sfax, Gabes, Matmata, Douz, el lago de Chott el Djerid, el paraje incomparable de Chebika, Gafsa y Kairouan. Nos dejamos principalmente la parte noroeste del país, la isla de Jerba, parte de la costa oriental y algunos puntos importantes del sur, todos ellos pendientes para la próxima visita. Si tengo que elegir un lugar, me quedo con el impresionante oasis de montaña de Chebika, el maravilloso anfiteatro de el Djem y el encanto de Cartago y Hammamet. En las siguientes entradas, iré describiendo cada uno de los lugares visitados y la ruta elegida en el viaje.

¡Hasta pronto!