domingo, 11 de mayo de 2014

Anfiteatro de El Djem / Coliseo de Thysdrus


El anfiteatro romano de El Djem, situado en la región de Mahdia es uno de los monuentos más conocidos de Túnez. Se encuentra a unos 200 km de la capital, entre Sousse y Sfax, y es el mayor anfiteatro romano de África y el cuarto del mundo tras el Coliseo de Roma, el Anfiteatro de Capua y el Anfitetro de Pozzuoli. El Djem es además uno de los coliseos mejor conservados y se supone que se mantuvo intacto hasta el siglo XVII, fecha a partir de la cual se comenzó a demoler la fachada exterior para construir la ciudad con sus piedras. Cuando llegas a El Djem, la primera visión del anfiteatro es espectacular, ya se alcanza a intuir todo su esplendor y su magnífica conservación. Está rodeado de campos y casitas bajas, lo cual ensalza la grandiosidad de sus tres alturas. A medida que nos acercamos al acceso del anfiteatro, nos topamos con numerosas tiendas locales de souvenirs y puestos de vendedores que tratan de captar la atención del turista.


Si escuchamos la denominación de Coliseo de Thysdrus, no debemos sorprendernos, ya que antiguamente así se conocía a la ciudad de El Djem. Thysdrus fue fundada por los fenicios y destacaba por su cultivo del olivo, pero fue en el siglo III cuando Thysdrus alcanzó todo su esplendor y numerosos monumentos públicos fueron costruidos bajo el mandato romano del emperador Alejandro Severo y, posteriormente,  Maximino el Tracio. Destacó la imponente construcción arquitectónica del anfiteatro de El Djem (año 238 d.C), con capacidad para más de 30.000 espectadores. El coliseo fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979.

Nuestra visita al anfiteatro estaba ya organizada por lo que sólo tuvimos que pagar un dinar por el derecho a fotos. Solo pagas si llevas cámara fotográfica, los móviles pueden pasar sin pagar este plus. La entrada al coliseo creo que ronda los 6 dinares. Además de monumento turístico, el encanto y acústica de este maravilloso lugar hace que actualmente el anfiteatro se utilice también para diversos espectáculos, entre los que se encuentra un festival de música sinfónica celebreado en época estival, muy a tener en cuenta para disfrutar de veladas musicales en este marco inigualable. Cabe mencionar, como curiosidad, que algunas de las escenas de la película Gladiator fueron rodadas en este anfiteatro.

Un lugar tan mágico como el anfiteatro de El Djem ha inspirado numerosas leyendas y una de las más conocidas es la de la pricesa bereber Kahena. De ahí que este coliseo sea conocido tambien por Ksar de la Kahena. Esta princesa se unió en el siglo VII a las tribus bereberes para frenar el avance de los invasores musulmanes. Al sentirse vencida y perseguida, se refugió con sus seguidores en el anfiteatro, donde resistió durante cuatro años. Los enemigos aguardaban a que la princesa muriese de hambre, pero se cuenta que ésta mostraba peces vivos durante su cautiverio, de lo que se deduce que existía un pasadizo subterráneo que conectaba el anfiteatro con el mar. Según la leyenda, finalmente la princesa fue traicionada por su joven amante, que la apuñaló y envió su cabeza embalsamada al ejército árabe.


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