En uno de mis últimos viajes he tenido la suerte de descubrir Túnez, un país
que sinceramente no estaba en mi lista de lugares por visitar, pero que surgió
por casualidad y cuyo factor de viaje no esperado hizo que no me plantease
demasiadas expectativas del lugar. Ahora puedo decir que Túnez me ha
impresionado gratamente, dejándome ese sabor de los grandes viajes, de los que
te marcan con estampas inolvidables. Disfrutar de un atardecer único ante la inmesidad del Mediterráneo, perderte por las callejuelas de sus coloridas medinas, sentir la algarabía de su gente hospitalaria, disfrutar del esplendor del desierto del Sáhara, retroceder siglos de historia desde Cártago o El Djem ... Túnez, sin duda, un país por descubrir.
Túnez es el más pequeño de los países que forman parte de la región del
Magreb y está situado al norte de África, limitando al noreste y al este con el
Mar Mediterráneo, al sureste con Libia y al oeste con Argelia. Los idiomas
oficiales son el árabe y el francés y su moneda el dinar tunecino. En líneas
generales, Túnez me pareció un país seguro, que no necesita más allá de la
precauciones propias en seguridad que tendríamos en cualquier otro lugar. El carácter
de la gente es abierto y cercano, aunque los vendedores de las medinas puedan
resultar un tanto pesados y el regateo es imprescindible. Respecto a viajar solo, especialmente si eres mujer,
cierto es que te puedes sentir un poco intimidada por el carácter
insistente y adulador de los tunecinos, pero creo que utilizando la prudencia
lógica en un país musulmán no debería haber mayor problema. Túnez es un país
turístico, acostumbrado al viajero y orientado a éste, por lo que sobre todo en
las grandes ciudades y sitios más populares no deberíamos sentirnos inseguros.
No obstante, será siempre recomendable tener localizada la embajada de nuestro
país para casos de emergencia.
Nuestra estancia fue de 7 días, que saben a muy poco si quieres
recorrer el país. Nos dio para una visita exprés de norte a sur en la que
descubrimos Túnez capital, Cartago, Sidi Bou Said, Hammamet, El Djem, Sfax,
Gabes, Matmata, Douz, el lago de Chott el Djerid, el paraje incomparable de
Chebika, Gafsa y Kairouan. Nos dejamos principalmente la parte noroeste del
país, la isla de Jerba, parte de la costa oriental y algunos puntos importantes
del sur, todos ellos pendientes para la próxima visita. Si tengo que elegir un
lugar, me quedo con el impresionante oasis de montaña de Chebika, el maravilloso anfiteatro de el Djem y el encanto de Cartago y Hammamet. En las
siguientes entradas, iré describiendo cada uno de los lugares visitados y la
ruta elegida en el viaje.
¡Hasta pronto!
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